Hijo del histórico defensor de Alianza, Fernando Cortez nació con una pelota bajo el brazo. Enamorado del fútbol, supo desde muy chico que el deporte era lo suyo y pese a que no todo fue color de rosas, ahora lo vive desde dentro de la cancha. Y pocas cosas en la vida le generan más alegría.
«Mi papá fue futbolista, me gusta desde chico, mis comienzos fueron en Alianza. Ahí crecí. Hago lo que más me gusta y en el club que me abrió las puertas», contó el volante central en diálogo con La Excusa Deportiva.
En el Lechuzo llegó hasta la cuarta división. Sin embargo, tuvo que dejar de jugar. «Fui papá y tuve que empezar a trabajar. Los tiempos no me daban, asique dejé el fútbol durante 5 o 6 años, tenía una familia que mantener», relató y no dudó en recordar ese episodio como uno de los más tristes de su vida deportiva. «Me despojó de lo que más me gustaba», dijo.
Sin embargo, tuvo revancha. «En es tiempo jugué en liguillas como Santa Lucía y Rawson. Y ahora estoy en Árbol Verde desde hace tres años. Hago lo que más me gusta y en Árbol Verde, el club que me abrió las puertas», relató el mediocampista de 30 años.
«El mejor recuerdo que tengo con este deporte fue justamente cuando volví a jugar. Fue un partido contra Colón Junior. Ese día enfrenté a mi hermano, es un recuerdo muy lindo, uno de los mejores momentos de mi vida», sentenció Cortez.
«No soy el mejor ni el peor, soy uno del montón pero amo lo que hago. Me hubiera gustado ser más lírico, pero también soy rústico», indicó.
Hincha de Alianza y de Boca, tiene como ídolo a Riquelme. «También me gustaba mucho Gago», confesó. «Me gusta superarme día a día. Actualmente mi referente es mi compañero, el Chato Espejo. Es un animal, un jugadorazo, trato de ganarle el puesto»,
Casado y padre de dos hijos de de 4 y 9 años, confiesa que sueña con poder salir campeón antes de que sus piernas no den más.